viernes, 20 de abril de 2012

JOSÉ MARTÍNEZ BARGIELA (1921-2009)


José Martínez-Bargiela

José Martínez-Bargiela nació en Ponteareas, Pontevedra, Galicia, España, y falleció en Buenos Aires en 2009. Desde 1982 publicó numerosos libros de poesía. Fue distinguido con el Primer Premio de Poesía de la Universidad de La Boca y fue finalista del IV Concurso Nacional de Poesía Ramón Plaza de la Sociedad de los Poetas Vivos.Este destacado autor, figura en numerosas antologías poéticas editadas tanto en Argentina como en otros países de habla hispana. Desde 1999 hasta su muerte integró el Grupo Literario La Luna Que, y fue miembro y autoridad del Instituto Argentino de Cultura Gallega, del Centro Gallego de Buenos Aires y del Hogar Gallego para Ancianos. Algunas de sus muchas obras poéticas son: Meandros para un retorno (1986), Responso para una balada (1987), Réquiem para un canto patagónico de ausencias (1989), Travesía atlántica de un imaginario poeta negro (1990), Máscara de Los Andes (1993), Hojas de palisandro (1997), Los ávidos laureles (1998), Fragmentos de la noche (2002), El escultor (2003), Abismo de ausencia (2005) y Nudos de sombra (2006). Monocordia (2011) es su poemario póstumo.


EL VACIO DE MÍ

Deambulará mi cenotafio las edades
de mi cadáver el polvo
del nacimiento
de la idea:
mi muerte que ya naciera de mí
y se evaporara en la tierra
de mis ancestros la quimera
presagiada en el exilio.



CAFÉ DEL PUERTO

Tan simple como estar solo

en el Café de la esquina
donde vienen el recuerdo y las avispas
a reportar coincidencias y los talentos
y las quintuplicadas lunas esencias
zarandeadas en cribas
maniatadas
del celo de las horas
en anamórficos espejos,
mientras mudan los cereales de silo.
La historia
socava las memorias de los dioses
las auspiciadas hambrunas
de los niños precursores
en este precario lugar de todos
prohibidos de pedir
el pan de algunos
ido por escobén de los trigales


LA SENTENCIA


Pasados los años

lo que queda de uno
es sólo la mueca: la mezquina huella
de negación profunda
trillada
de aquellos años líricos
del ensueño que no es sino el testimonio
de haber sido de haber transitado
la ausencia y desaparecer humano.
Como si nunca nada
fuere desterrado el tiempo
de ese propio silencio
la carne ardida en el hueso
sin piedad la noche
sin piedad la nada recurrente
de zarandadas nieves
diseños de escarcha previa
y descarnadas uñas.


ILUSIÓN ÓPTICA


Un gato amarillo

mira a los pájaros amarillos
y le caen las lágrimas
porque la piedad
es demasiado para un gato amarillo
que se relame
en el fondo del estanque.