domingo, 8 de enero de 2012

GLADYS EDICH BARBOSA EHRAIJE

GLADYS EDICH BARBOSA EHRAIJE es poeta azuleña. Poesía publicada: 18 Poemas y un solo motivo, 1978; Íntimos duendes, 1979; "El último verano", 1982; "Poemas en libertad", 1984; "De ocres y otros marzos", 1989; "Páginas Azules '3'", 1991; Segunda edición de “De ocres y otros marzos”, 1993; "Dioses de barro",1994; "Una lenta estación entre dos soles", 1999; "Profecía de cigarras" y "La penúltima rosa de abril", 2001; "Y preguntan las sombras", 2008. Ha dirigido talleres literarios en la Unidad Séptima de Penales de Azul (1983-1984) y en el Área de la Lengua —escuela Normal de Azul— (1994-1995). Preceptiva editada “El diccionario de las palabra perdidas” (de niños para todos). 




POEMA I


Bajo los bordes de una cerradura
acechan las llaves
¿entre qué corredores
siguiendo nuestros rastros
se nacieron en alas
los pájaros profanos?
la casa
fue gestando
en permanente bruma
     abarcativos pasos
     amante en celo

     —vigila los rincones—
Sus muros no han perdido
esa ancestral costumbre
de confundir
la noche con los días
saben
     que desde siempre
     del otro lado de la puerta
     un ojo de metal
verticalmente,
espía.




POEMA III

Cuando la esfinge habite el desconcierto
    las respuestas
    no tendrán respuesta

    Serán voces migratorias
        en
             la
               debilidad
               de la vigilia

    Símbolos extraños
          en el vino rojo

    Dioses,
        iniciando
la última danza
      alrededor del sol.



POEMA V

Inocentes viajeros
         en procesión de olvido
         recuperan
               cenizas
         debidamente antiguas
               El miedo
            asume
         la fuerza de la tregua
    lejos
   

        (quebrados duendes)
         —duendes de alas quebradas—
         custodian
                de rodillas
         las inasibles grietas
Nadie habita el domingo
    solo la piel
          y los ojos
         (desmesurados ojos)
         como cuencos de sal.



POEMA VII

Lámpara que perfila
     la secreta corriente de la memoria

como moneda extraviada
      entre la piel
                aparecen las primeras lluvias
      cada gota
aleja los fantasmas
el milagro
y los espejos rotos
        en las noches de luna
    Desde el costado izquierdo
(el corazón)
      roza otro escalofrío
      busca la llave del zaguán
      anuncia la hora
y entre tinieblas
las lágrimas
cerca del final
descubren
        que la primavera
tiene muertas sus raíces.








POEMA FINAL

Alrededor del fuego
     como un rito
     se fueron sucediendo
     los milagros
     los hijos
     los hijos de los hijos
     la aridez
     los despojos
la mesa de madera
     el pan
el peso de las cosas
     los retratos
Por mandato inviolable
de la tierra
me convertí
en guardiana de la casa
  La infancia
  trae aún desde la lejanía
  alucinadas mariposas amarillas
Desde la cárcel
        de mi cuerpo
        la carne,
vuelve a cercenar sus deseos


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