viernes, 6 de enero de 2012

CARLOS ENRIQUE BERBEGLIA

CARLOS ENRIQUE BERBEGLIA nació Villa Mercedes, San Luis, en 1944, reside en Buenos Aires y se desempeña como profesor titular de Antropología en la Universidad Nacional de dicha ciudad. Sus últimos libros publicados han sido: Reflejos sucesivos (cuentos) Ambigüedades y certezas, El mediodía en su sombra  y La rebeldía agónica (interlineales), Muñecos de pelusa y azafrán (teatro para títeres), Razón, persistencia racionalidad (filosofía, Biblos, 2004), Proximidades lejanas (poesía, 2007), Imperátor (teatro).

 
TESTIGO IMPROCEDENTE

La luna, que se refleja en la lluvia caída,
observa meticulosamente los alrededores,
la de arriba, candorosa y apacible luego de la tormenta
continúa su marcha prevista a cielo abierto, aquí,
o entre el ramaje de la selva
y hasta sorteando las cumbres montañosas
en paisajes distantes.

Cautelosa, la de abajo, en cambio
y desobedeciendo las leyes de la óptica más elementales,
sale del charco y repta entre las casas dormidas,
cuidadosa y silente.

El único testigo que la sorprendiera
pregunta entonces por el motivo de esa trashumancia:
¿acaso el deseo de regresar a las ambivalencias
fecundas de la tierra, simulando, entretanto,
la torva indiferencia cotidiana de sus faces,
o una patrulla que rastrea las posibilidades
de una invasión posterior, definitiva,
que sorprenda a la tierra y la libere
de la aventura humana y su perfidia?



 
PASEO VERPERTINO

Satisfecho,
como en los momentos previos de un carnero
al ser sacrificado, deambula por la vida
ajeno hasta de su propia imagen
que infructuosa la apremia desde los espejos.

Vacío,
colmado por cuantas fruslerías
lo entretienen en su quedarse inmóvil
y azorado cuando lo hostiga el movimiento
impávido de aquellas.

Distante,
de cualquier empresa
que implique un recorrido nuevo,
una vía distinta a esa por la que siempre anduvo
carente de entusiasmo y energía.

Atónito,
afrontando un mundo continuo de discordia,
constante en la injusticia,
promiscuo en la mentira,
lugar apropiado para su cotidiano sueño.



ENLACES  SUCESIVOS


Me limito a una sola danzante la tarde del domingo
Dios baila en la misma pista
y ha elegido a la nada como compañera,
apenas nos rozamos no obstante sus intrincados giros
que llaman la atención de los espectadores.
Yo evito marearme y sostengo el ritmo de mi pareja,
la injusticia, que imperturbable golpea
diariamente las puertas de mi casa,
siempre que la atiendo me produce el mismo asombro,
sus multiformes rostros, los mismos que ahora cambian
si intento desprenderme de sus brazos.

Gracias a un álbum de fotos
cuyas páginas deslizo entre mis manos
recreo estos sucesos anteriores:
“salvaguardas del tiempo las fotografías ...”
hubiera sostenido entonces.

No nos engañemos, la realidad que reposa en la fotografía
no revela la realidad que alude sino mas bien descansa
en su propia realidad de superficie y cromo
y estas palabras mías que ahora las develan
sólo en la mente que relea estos versos se decodifican.

Cierro el álbum,
no a las instancias que aludiera.




DIÁLOGO  TARDÍO


El viento que atormenta los árboles
y forma remolinos de pájaros y ángeles,
ese fantasma de ayer, desdibujado,
que te despierta, ahora,
de ese letargo sin mácula de inteligencia alguna,
propia de un persistente otoño
extendido a tu incomprensión y tu melancolía
incluso hasta en las propias vísperas
de tu definitiva negación del lógos,
cuando, en tus brazos, las alas
de aquellas criaturas celestiales,
(ante tu desesperación que siempre se creyera indiferencia
desistan su pretensión de hogar
y, al abandonarse en su dolor a vos,
te dejen también a la merced del viento
que se enriquece, ahora,
con un fantasma nuevo,
extraña, contradictoria imagen
que luce bajo la claridad del día
mecida sin ton ni son
como una prenda vieja de su soga.

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